#TioPepeExperience, el Atún Rojo y el Vino de Jerez bajo el prisma de la naturaleza con mayúsculas. José Argudo, Global Marketing Manager - Jerez, 20 Junio, 2017 [embed]https://youtu.be/zclyK3ifx9M La familia de Vinos se une a la familia del Mar, para hacer posible una experiencia irrepetible. Tío Pepe y Petaca Chico, tradición y pasión al servicio de los sentidos. La jornada comenzó a media mañana, los barcos de “faena” esperaban al costado del muelle del puerto de Barbate para zarpar rumbo a la cercana Almadraba, calada a pocas millas y donde casi cuarenta hombres esperan las órdenes del capitán para comenzar la pesca. Pedro Muñoz, propietario junto a su familia de Petaca Chico, conversa con la prensa invitada a la experiencia dando detalles sobre la posición de la Almadraba. Alberto y Pedro miembros de la familia escuchan atentamente para tomar el relevo generacional en esta empresa familiar que es Petaca Chico. Los buzos profesionales serán los encargados del sacrificio del atún rojo, que ya se deja ver inconfundible bajo las aguas. Para la empresa, lo principal es que el animal no se estrese ni sufra, y su carne permanezca tersa y prieta en todo momento. Este tipo de pesca es consecuencia de los "nuevos consumos" cocina japonesa en crudo. De esta forma la carne del atún incluso sin elaborar, sólo con el corte mantiene un sabor auténtico. El agua comienza a bullir y las aletas dorsales asoman como afilados cuchillos, los buzos perfectamente dirigidos desde la “Sacada” van capturando uno a una los atunes que son izados con maestría a la embarcación denominada “Testa” que los conducirá a puerto. El asombro, la fascinación e incluso la admiración invaden a todos los invitados que, cámara en mano, inmortalizan las escenas que se suceden. De regreso al puerto de Barbarte, ya con deber cumplido, uno de los buzos nos cuenta historias y anécdotas en torno a la temida Orca, aquí llamada “Esparte” y que cuentan que es el motivo por el que el atún navega cercano a la costa en sus migraciones huyendo del voraz escualo. Mientras la tripulación organiza a bordo la faena de pesado y desembarque del pescado, siempre ante la supervisión de técnicos del ministerio que certifican que las medidas adoptadas para la recuperación del atún han dado sus frutos, ofrecemos a todos una copa de Amontillado Viña AB junto a unas conservas de atún de la máxima calidad. Ya en tierra, junto a la playa de la Hierbabuena, comienza un carril de Zahorra que nos adentra en el Pinar de la Breña y Marismas del Barbate, parque natural en el acantilado más alto de la zona y desde donde se divisa la costa de La Luz y África al fondo y donde corre una ligera brisa de poniente. Allí nos espera Antonio Gómez, Director del parque que nos da algunos interesantísimos datos que nos hacen valorar más el lugar en el que estamos. Entre pinos, romeros y plantas únicas de enebro marino, un espacio acogedor y camuflado en la arenisca nos recibe para comenzar una degustación que de sentido a las miles de armonías posibles entre el atún rojo y el vino de Jerez. El chef encargado de esta noble tarea es Mauro Barriero, joven cocinero de la provincia con una trayectoria dilatada, embajador del atún de Petaca Chico y gran amante de los vinos de González Byass. A su lado, dispuesto a conducirnos por una cata magistral como a las que nos tiene habituados, Antonio Flores, enólogo de la Bodega y conocido en el mundo del vino como @hacedordevinos, que hoy viene además con su hija Silvia Flores que pertenece a su equipo técnico garantizando así la continuidad de la tercera generación mimando los jereces de la Casa. Tío Pepe abre este pic nic de lujosísimo entorno para degustar una selección de conservas de primer nivel que Petaca Chico ha lanzado al mercado. Tarantelo de atún, parpatana, mormo, son algunos de los cortes selectos que se emplean en estas delicatesen. Antonio toma la palabra para presentarnos a Tío Pepe en Rama 2017, vino que él define con “vivo y salvaje” y que embotella sin filtrar ni estabilizar , directo de la bota. Perfectamente atemperado el vino y con un servicio de primera, esta degustación con la naturaleza y las aves marinas por testigo, alcanza momentos increíbles. La pasión de Mauro, su conocimiento de la materia prima y su afinidad con Antonio dejan pronto armonías únicas, como un tartar de lomo sobre un pan de cristal que hizo que el Amontillado Viña AB se luciera. Los cortes de tinte asiático, muy apreciados por todos, dejaron paso a la tradición en el plato que cerró la degustación salada del día, un Atún encebollado con ciertos toques de modernidad a cargo del chef, ensamblaron de manera natural con Leonor, un Palo Cortado “de libro” que enamora a todos. Noé, Pedro Ximénez con más de 30 años de vejez de color ébano impenetrable que desprende una sinfonía de aromas a vieja confitería, puso el broche gastronómico a una experiencia inolvidable. El tiempo pareció haberse detenido en lo alto del acantilado, perdíamos la mirada en el horizonte admirados por todo lo vivido, pero aun tuvimos la fortuna de conocer , de la mano de Nebur, empresa de ocio ambiental, la Torre del Tajo, una construcción defensiva del siglo XVI desde cuyo voladizo pudimos ver la inmensidad del “mar” de pinos del parque y una panorámica de la Costa única para poner el punto y seguido a otra de las #Experiencias que nos ofrece Cádiz y su entorno y que el vino de Jerez y en este caso el rey del mar , el Atún Rojo nos han permitido disfrutar.
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