Elaboración y Crianza del Amontillado
En el caso de los amontillados de González Byass, este singular tránsito de la crianza biológica a la oxidativa, se produce de manera sutil y pausada, es el tiempo el que se encarga de esta transformación.
El Fino Tío Pepe tras su crianza de cuatro años en bota de roble bajo la interactuación de las levaduras que componen el velo de flor, continua su añejamiento en la solera intermedia de Viña AB y es ahí donde tras el paso de los años el velo de flor comienza a debilitarse, su actividad vital se atenúa y en la superficie comienzan a aparecer unos claros que dejan paso al oxigeno que trasformará al vino con su noble oxidación. Esta transformación es lenta, sutil y progresiva hasta alcanzar la redondez y la perfecta armonía en los 12 años de crianza.
Notas de Cata del Amontillado
El amontillado fino, presenta un color precioso, oro viejo con ciertas notas cobrizas. De rica complejidad en nariz, destacan sutiles notas a madera, frutos secos de cascara con ciertos toques tostados. Además, tabaco, especies y un sinfín de aromas nobles.
Recuerdos salinos en boca con un pos gusto prolongado de intensa sapidez. Equilibrio perfecto entre la vida y la muerte.
¿Cómo tomar amontillado?
La gama de amontillados es muy amplia, desde los finos amontillados, amontillados finos, viejos amontillados y amontillados muy viejos, riqueza en la copa que nos ofrece unas armonías excepcionales en la mesa; verduras de temporada a la plancha, platos de cuchara o sopas contundentes. Del mar, pescados de roca o atún salvaje de intenso sabor. Pero también, quesos, chacinas o simplemente un bonito atardecer.
Nos gusta atemperar los vinos, ya que los vinos generosos recuperan muy rápido la temperatura, aunque sobre gustos…. ahora, toma tu mejor copa de cristal fino y disfruta de un amontillado servida a unos 8 ó 9 grados.