Queda atrás el 25 de Febrero, tras zarpar de las Islas de Gran Canaria y ahora estamos cruzando el Océano Atlántico rumbo a Río de Janeiro. Dando velas siempre que podemos. Toda la dotación afronta este reto con ganas y como una nueva oportunidad de aprender, pero sobre todo disfrutar. Os iré contando como es nuestro día a día a bordo, por ejemplo cómo es un domingo en el Juan Sebastian de ElCano. El horario es diferente al resto de los días de la semana. La diana es un poco más tarde por lo que hemos podido descansar un poco más, a excepción de la guardia claro, que no se salva ni los domingos. Otra novedad: chocolate con churros para desayunar. Tras el desayuno, se hizan las velas, en concreto los estays, ya que para la noche anterior se cargaron las velas altas y esto parece que se va a repetir en los días venideros. Por la tarde, se arrían las velas altas (siempre se cargan velas altas por la noche, por precaución). Para acabar el día, después de finalizar la maniobra general, al ocaso, se lee la orden diaria. La orden diaria es un documento en el que se reflejan las actividades del día, el horario y mucha más información que es importante que la dotación conozca, por eso se la lee por la megafonía del barco todos los días que se puede, así todos estamos enterados de lo que ocurrirá al día siguiente. Y llegó el día esperado, conocer al Rey de los Mares. El 12 de marzo se izan y cazan la trinquetilla, el foque y el petifoque y quince minutos más tarde a las 1042 cruzamos el paralelo 0º. A primeras horas de las tarde arrecia el viento a bonancible moderado y desfilan chubascos por la proa. GPS del Juan Sebastian de ElCano al paso el Ecuador. Los fastos comenzaron el lunes por la tarde con los tradicionales campeonatos del cruce del ecuador: dominadas, trepar el guindola, carrera de huevo con cuchara, llevar una manzana con la cabeza por parejas y algún otro divertido juego. Después, el paje (el cabo más antiguo) bajó del palo trinquete para anunciar la inminente llegada de Neptuno para después leer la desorden. El cabo más veterano de la dotación, disfrazado con ingenio, representa el papel de dios Neptuno y, desde la cofa del trinquete llama al puente anunciando su llegada a su propósito de hacerse cargo del barco. Esta desorden “sustituye” a la Orden Diaria durante la presencia de Neptuno. En ella se reflejan los intercambios de galones: un alférez de navío es nombrado cocinero, un repostero pasa a ser comandante de la guardia, el contramaestre se convierte en gaviero, etc. Visita del Rey Neptuno a El Juan Sebastián de ElCano. Los organizadores y directores de escena son los cabos veteranos y en este día se interrumpe la rutina de a bordo y se declara festivo, reteniendo únicamente los puestos necesarios para la seguridad y la navegación. Gran parte de la dotación se disfrazó para la ocasión y pudimos ver una gran variedad de disfraces. También pudimos observar el tradicional intercambio de palas entre oficiales, guardiamarinas, suboficiales y marineros, lo cual fue bastante divertido. A las 1000, por fin llegó el Rey Neptuno. El soberano de los mares y océanos, acompañado de su verdugo y de dos bellas ninfas bajó del trinquete y se dirigió en procesión al puente de gobierno donde el comandante le “cedió” el mando del “Juan Sebastián de Elcano”. Al ser esta la primera vez que cruzo el ecuador navegando, me encontraba entre los neófitos (así llaman al que va a ser bautizado). Nunca me explicaron en qué consistía la tradición, pero lo primero que vi fue un barreño lleno de unas aguas de las que desconozco su origen. Sentado en su trono, Neptuno «bautiza» a los «neófitos» de cualquier grado o condición, les gasta bromas, exige tributos y concede mercedes. Entregaron un diploma a cada uno de los que fuimos bautizados, firmado por el Rey Neptuno y el comandante, que certifica nuestro paso por el ecuador. Ya nadie me podrá tachar de neófito. Finalizado este acto, el Rey Neptuno fue acompañado de nuevo al Puente de Gobierno donde le “devolvió” el mando al comandante y nos deseó a todos mucha suerte en nuestras singladuras. Y de repente el barco volvió a la normalidad, los disfraces desaparecieron para dar paso a la uniformidad reglamentaria, todos volvimos a trabajar en nuestras respectivas obligaciones y el sol se puso sobre el horizonte como si nada de lo anterior hubiese acontecido. Aquí podéis leer el cuaderno de bitácora de este día completo. Y nuestro viaje continua destino Río de Janeiro. Las botas en las que estoy viajando llevan ya más de 3.500 millas náuticas como son botas jerezanas estoy seguro de que me guardarán hasta la vuelta al puerto de Cádiz. El paso del hemisferio norte al hemisferio sur, lo estoy notando y concretamente es el calor, entorno a los 28º y la humedad al 80% que van aumentado, impregnándose en mi, como al resto de la tripulación. [embed]https://www.instagram.com/p/Bf0NrlUhzOF/?taken-by=j_s_elcano Como veis en estas imágenes he recibido alguna que otra ola y chubascos en el transcurso de esta singladura que están marcando mi alma viajera. Tenemos previsto llegar a Río de Janeiro el próximo día 25 de Marzo. Os seguiré escribiendo. XC Palo Cortado *Publicación basada en el Cuaderno del Bitácora del Juan Sebastián de ElCano
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